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Son todas aquellas instituciones de dirección, planificación o coordinación que hace posible una actividad eficaz, según los fines que se proponen y le medios de que se dispone.
Los organismos de pastoral, como los de educación dependen más de la valía de las personas que de la bondad de las teorías y la rectitud de los principios.
Pero siempre contribuyen a que la tarea sea dirigida por una prudente previsión y no se desarrolla con una ingeniosa improvisación.
En el terreno catequístico y pastoral es importante discernir cuales son los organismos locales, diocesanos, nacionales e internacionales que deben ser dispuestos y dinamizados y cuales son los meramente burocráticos que resultan más estorbos que apoyos en la acción apostólica. Ni es buen actuar con total ausencia de coordinación por el riesgo que hay de caer en el subjetivismo, ni es útil burocratizar tareas que de por sí son espirituales y personales.
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